Un resumen al alcance de la mano
Se caracteriza por un patrón persistente de
desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que
el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar, originando
un desarrollo de conducta inapropiada.
Actualmente se considera la presencia de signos y
síntomas antes de los 12 años de edad, los cuales originan interferencia en la actividad
social, académica o laboral, en al menos 2 ambientes diferentes (escuela,
hogar, trabajo).
A pesar de ser uno de los trastornos más estudiados
en medicina, en general no existe ninguna prueba biológica, ni ningún test que permita
diagnosticar infaliblemente el trastorno, siendo imprescindible
el adecuado diagnostico diferencial con otras entidades que puedan presentarse
con sintomatología parecidas al TDAH.
Además, las comorbilidades (otros trastornos que
ocurren junto con el TDAH) son
frecuentes y pueden dificultar el diagnóstico y el tratamiento del mismo, por
lo que es necesario un enfoque global e individualizado de cada paciente, para
determinar la presencia o no de estas.
Para el correcto diagnostico, es necesario realizar una adecuada historia clínica y un
riguroso examen físico, solicitando los estudios complementarios pertinentes,
para poder indicar un adecuado y correcto tratamiento, de allí que el
diagnóstico sea eminentemente clínico, multidisciplinario,
complementado por la evaluación psicológica, que nos orienta en la confirmación del problema.
Una vez establecido el diagnostico clínico de
TDAH, es necesario iniciar un adecuado abordaje terapéutico, el cual debe verse
como un trabajo en equipo, donde intervengan los
padres, el paciente, los maestros y el equipo de salud relacionado con el trastorno.
En conjunto con los padres, se debe plantear
cuales son las opciones terapéuticas más
convenientes, se trata de tratamientos individualizados, multimodales o
multidisciplinarios, es decir, donde intervienen una serie de profesionales (pediatras,
neuropediatras, psiquiatras, psicólogos,
psicopedagogos, maestros, etc.), que iniciaran, apoyados en el uso de fármacos
específicos, terapias de modificación de conducta, entrenamiento para los
padres y el paciente, asesoría psicopedagógica a los docentes, además de
aplicar modificaciones o adaptaciones curriculares, para lograr mejoras en el rendimiento académico y social del paciente.
Con relación al tratamiento farmacológico, este es la piedra fundamental
para la mejoría de los niños con TDAH. Muchos estudios realizados a gran
escala, han evaluado la seguridad y la efectividad de los medicamentos usados para
el trastorno, concluyendo que estos tienen un papel importante en los pacientes
que padecen el mismo, ya que reducen drásticamente la hiperactividad, mejoran
la atención y aumentan la capacidad para relacionarse con sus pares, con un
amplio margen de seguridad, aunque al indicarse, deben individualizarse a cada
paciente y siempre tomando en cuenta los criterios de un trabajo en equipo.
Para concluir, en el diagnostico del TDAH, NADA SUSTITUYE UNA ADECUADA
EVALUACIÓN CLÍNICA, no existiendo actualmente pruebas de
laboratorio o complementarias contundentes para establecer el diagnóstico, donde
el trabajo en equipo es imprescindible para el adecuado manejo terapéutico,
siendo el tratamiento farmacológico fundamental en el manejo del Trastorno.
Resumen escrito por:
- Dra. Mariela Polo.
Centro
Policlínico Valencia, la Viña, torre B, consultorio 310,
Valencia,
edo. Carabobo. Venezuela
- Dr. Oscar Valbuena.
Centro Medico
Docente Paraíso, torre Promotora, consultorio 3-06,
Maracaibo,
edo. Zulia, Venezuela
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