miércoles, 22 de agosto de 2018

Técnicas para el manejo de berrinches y rabietas



Es importante resaltar que los berrinches o rabietas son reacciones que con frecuencia manifiestan los niños, caracterizadas por la presencia de llanto, ira, protestas e incluso  llegar hasta tirarse al suelo. Estas conductas normalmente se inician entre los 12 y 18 meses y pueden permanecer hasta los 3 años, aunque cuando no logran manejarse adecuadamente, suelen mantenerse en el tiempo y aumentar en frecuencia e intensidad.  
Es importante recalcar lo complicado que resulta para los padres y/o educadores  enfrentarse a esta situación,  donde el niño intenta comunicar  bien sea su desacuerdo,  sus ganas o sus necesidades como quieren o pueden, lo que origina una completa libertad a sus impulsos, actuando según sus antojos y a pesar de ser una forma de expresividad, es indispensable el correcto manejo de esta conducta, la cual no es recomendable permitir,  aunque siempre tomando en cuenta el respeto a su individualidad y sobre todo, sin perder el control de la autoridad.
Es imprescindible identificar las diversas circunstancias que puedan originarla, de allí que antes que aparezcan resulta conveniente verificar cuáles situaciones provocan los incidentes, para de esta forma los padres estar preparados, sobre todo si se trata de circunstancias donde no se han considerado factores importantes como: fatigabilidad en el niño, sueño, alteraciones en la rutina diaria, etc. Por ejemplo: “Si vas a una consulta médica, donde debes esperar largo tiempo, lleva algunos juguetes, creyones, dibujos para pintar, entre otras cosas”. Así mismo, cuando el niño es pequeño, se debe intentar desviar su atención con un objeto o situación atrayente.
Al momento de la rabieta, es necesario dirigirse al niño utilizando un tono de voz claro y firme, aunque evitando gritar, resaltar o reforzar la conducta que este emite.
Es necesario recalcar al niño que si necesita pedir o solicitar algo, puede hacerlo a través de palabras y gestos.      
En ocasiones los niños hacen berrinches cuando se alarga la espera antes de ser gratificados, de allí la importancia de recordarles cual va a hacer la recompensa, aunque de igual forma se le debe mencionar las normas y las consecuencias que su conducta pudiera originar.
*Sólo se debe tomar al niño y establecer contacto físico para evitar que se haga daño a sí mismo o a otro, esto debe hacerse con firmeza pero sin agresión.
IMPORTANTE: El autocontrol de los padres en sus reacciones y respuestas suele ser un aspecto determinante para la disminución de dichas conductas. Es necesario razonar con ellos la inconveniencia de estas y lo que se espera en determinadas situaciones, manteniendo normas y repuestas claras.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:
1.    Isabelle Filliozat. No más rabietas. Grupo Planeta, España 2015.

Resumen realizado por:
Psic. Andreina Castro Morales
Esp. En Terapia de la conducta infanto-juvenil
@psicoacastro

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